60% Garnacha Negra
40% Cariñena
–Viñas viejas–

Vino dulce elaborado con viñas viejas de garnacha negra y cariñena en suelos arcillo-calcáreos. Vino de vendimia tardía envejecido en barricas de roble francés y cerezo. Es un vino con mucha frescura, limpio, lleno de fruta negra madura, con muchas notas especiadas y matices de evolución, nada empalagoso. Se podría considerar un vino de aperitivo, para tomar solo, o bien para acompañar carnes, quesos o chocolates. Un vino seductor para ocasiones especiales.
Suelos pedregosos, calcáreo-graníticos –viñas en conversión ecológica–
Mediterráneo, veranos muy secos y calurosos. Pluviometría anual de 450 mm
12 meses en barricas mixtas de roble francés y cerezo
≤ 900 botellas
12 ºC
Botella bordelesa de 375 ml en estuche individual
Cereza picota intenso, ribete granate de juventud.
Potente en boca con entrada sedosa. Mucha dulzura pero con mucha frescura, nada empalagoso. Fruta negra madura junto con fruta fresca como fresas silvestres y níspero maduro; violetas, albaricoque y melocotón seco, chocolate blanco, canela, incienso y humo de hoguera. Muy especiado. Un vino con un post gusto largo.
Encantador por su dulzor, fresas silvestres, cereza madura, violetas, especiado, fresco.

Ilustración de Oriol Malet. La representación de este vino es comparable a la de un bombón de licor que, al morderlo, revela su esencia fresca, intensa y sublimemente delicada. La etiqueta nos cautiva con una rosa o amapola roja, radiante y vibrante, que destaca sobre un fondo blanco de textura aterciopelada. La amapola, con su belleza efímera, nos transmite no solo la intensidad y elegancia del vino, sino también su complejidad: la frescura que evoca la brisa matinal, la dulzura reminiscente de la fruta madura y la profundidad de las notas especiadas. Esta imagen es un homenaje a la armonía y sensibilidad con que la garnacha negra y la cariñena se entrelazan, creando una sinfonía floral que acaricia los sentidos y evoca paisajes cautivadores.

GASTRONÓMICO
Pavlova (merengue) con crema catalana, fresas y frutas del bosque.

Como aperitivo, platos con base de chocolate negro, crepes salados, carnes de caza, quesos azules.
Pastel de chocolate y avellanas, queso Stilton, foie de pato, civet de jabalí, jamón ibérico, anguila ahumada, pato a la pequinesa.

MUSICAL
El vino Coca i Fitó Dolç es una sinfonía de sabores y aromas que se fusionan armoniosamente para transportarnos a un paisaje sensorial único. Este vino dulce de vendimia tardía con un fondo especiado, nos evoca la misma complejidad y profundidad que Nightingale de Lo Mimieux. La música de Lo Mimieux, con su delicada composición y melodías cautivadoras, resuena con la textura sedosa y la entrada suave del vino, realzando el encanto natural de la garnacha negra y la cariñena.
El tema Nightingale con sus notas ligeras y embriagadoras nos recuerda los aromas de las fresas silvestres, las cerezas maduras y las violetas que emergen del vino. A medida que la canción se desarrolla, podemos imaginar degustar la fruta negra madura, la fresa, el níspero y los matices de albaricoque y melocotón seco, culminando en un post gusto largo y memorable.
