100% Cariñena
–Viñas viejas–
Vino elaborado con las mejores viñas de cariñena de la bodega, plantas que van desde los 60 hasta los 90 años de edad, cultivadas sobre arcilla roja. Elaboración muy limitada. Este vino nos habla de la esencia de la cariñena, de la potencia y, a la vez, la elegancia que puede ofrecer un vino. Esencia mediterránea: un vino potente, intenso, sedoso y al mismo tiempo lleno de sutileza, describiendo multitud de matices. Este vino sorprende por cómo ilustra la frescura y el carácter goloso que esta variedad puede alcanzar.
Arcilla roja con piedra caliza y pizarra –viñas en conversión ecológica–
Mediterráneo, veranos muy secos y calurosos. Pluviometría anual de 450 mm
12 meses en barricas nuevas de roble francés
≤ 1.800 botellas
16 ºC
Botella borgoña de 750 ml y botella magnum de 1,5 L. Servicio en estuche individual.
Cereza picota de doble capa con reflejos de rubí intenso. Lágrimas teñidas.
Entrada aterciopelada, muy sabrosa y fresca, con un regreso hacia adelante de la fruta ácida mientras que al fondo permanece una parte con tanino. Taninos afrutados. Acidez equilibrada que acompaña la mineralidad (grafito) y frutas como granada, cereza y arándanos. Notas especiadas y balsámicas como cardamomo, anís, chocolate negro, nuez moscada. Toques de humo y mercromina. Un vino con buen cuerpo y frescura. Post gusto persistente.
Aromas de fruta roja ácida oscura como cereza y granada, especias de raíz como regaliz, cardamomo, melocotón de viña, licor de cassis y laurel. Goloso.
Esta ilustración de Oriol Malet nos transporta a un mundo etéreo y evocador a través de una meticulosa ilustración de cerezo en flor. Con delicados tonos rosados, la rama florida simboliza la esencia fresca y afrutada que resuena en cada gota de este vino. El estilo, inspirado en la tradición artística japonesa, nos habla de equilibrio, de una danza entre la naturaleza y el arte. Esta composición visual no solo refleja la frescura y elegancia, sino que también resuena con la profundidad e intensidad del color "cereza picota" y las notas aromáticas de cereza y granada que se despliegan en el paladar. Cada detalle de la etiqueta busca ser un preludio al viaje sensorial que este vino promete.
GASTRONÓMICO
Tartar de buey.
Carnes rojas, caza, platos especiados, quesos curados, escabeche suave de aves, quesos azules.
Cabrito al horno, pavo relleno, civet de rebeco, pies de cerdo con garbanzos, conejo con setas.
MUSICAL
La conexión entre música y vino es una danza de sensaciones. Cuando se combinan en armonía, crean una experiencia única que cautiva todos los sentidos.